miércoles, 10 de abril de 2013

Un Giro del Destino

En este mundo hay muchas personas que creen en la existencia de un dios. Existen el Dios cristiano, Alá, Buda, Zeus, Maradona y un largo etcétera de divinidades que deciden el destino de la humanidad. Un destino que, en milésimas de segundo puede cambiar la vida de tantas personas como dependan de una acción puntual. Pues bien, si existe un dios que controla ese destino, ayer fue cruel con el Málaga.

El conjunto malagueño se clasificó el año pasado para la Champions League por primera vez en su historia, y, este año, ha superado bajas clave como las de Cazorla, Rondón o Monreal para plantarse en cuartos de final de la competición. Por el camino ha logrado resultados de gran mérito como la victoria ante el Milan, las goleadas a Zenit y Anderlecht o la eliminación del Oporto en octavos. Los Isco, Joaquín, Saviola, Demichelis o Willy Caballero han asombrado a toda Europa, y el sorteo de cuartos les deparó un duro duelo frente al Borussia Dortmund.

En la ida en La Rosaleda, los alemanes tuvieron en sus botas un gol que hubiera complicado mucho la clasificación de los malagueños, pero los blanquiazules fueron perdiendo el miedo y terminaron el partido rondando la meta de Weidenfeller. Sin embargo, el 0-0 con el que finalizó el encuentro daba opciones a los dos conjuntos de cara a la "final" del Signal Iduna Park.

En la vuelta, el Málaga salió sin complejos, y logró adelantarse con un buen tanto de Joaquín, uno de los malaguistas más expertos en partidos de esta talla. Una gran jugada en conjunto del Borussia terminó con Lewandowski salvando la salida de Willy y anotando el 1-1 con el que se llegaría al descanso. Ese descanso precedió a una de las mejores segundas partes de esta edición de la Champions.

La ofensiva de los alemanes era total, y sólo evitaba el gol la excepcional actuación de un Willy Caballero que cada vez se entiende menos que no sea convocado para la selección argentina. Pero el Málaga, pese a que el 1-1 le valía, no renunciaba a nada. Isco vio el desmarque de Baptista, que, ante la salida del meta del Dortmund, cruzó por bajo el balón. La definición no fue del todo buena, ya que la dirección de la pelota no cogía portería, pero por allí apareció Eliseu para empujar a la red el 1-2 en el minuto 81, que dejaba al equipo español con pie y medio en semifinales. Eso sí, Eliseu arrancaba en fuera de juego cuando Baptista toca el balón.

Manuel Pellegrini es uno de los grandes artífices de la gran temporada del Málaga, y seguro que muchos se acordaron con el 1-2 de aquel penalti que Riquelme falló frente al Arsenal, impidiendo que el Villareal accediera a la final de la Champions en 2006, cuando el propio técnico chileno entrenaba a los castellonenses. Tras la muerte de su padre sólo tres días antes, el fútbol le debía una. Pero lo cierto es que cuanto más fácil lo tienes para ganar, más se pueden complicar las cosas.

En el minuto 91, Marco Reus subía al marcador el 2-2 que seguía valiendo al Málaga, pero la debacle llegó en el 92. Hasta cuatro jugadores del Dortmund se encontraban en fuera de juego cuando Lewandoski colgó el balón desde la banda. Reus recogió el rechace y lanzó el balón al cuerpo de Felipe Santana, pero Antunes evitó el gol. Sin embargo, el central brasileño volvió a meter el pie tras un toque de Schieber y el Borussia daba la vuelta al partido y a la eliminatoria en uno de los momentos más épicos en la historia de la Champions League. Santana estaba de nuevo en fuera de juego a la hora de remachar a gol, pero de nada sirvieron las quejas malaguistas, ya que el antiguo Westfalenstadion rugía por ver a su equipo en las semifinales de la Champions League después de 15 años.

Las protestas de los jugadores del Málaga continúan después del partido. Desde Pellegrini al jeque Al-Thani, pasando por Joaquín o Demichelis, culpan a la UEFA de impedir que el equipo de la Costa del Sol avanzara en Champions. Poco se puede hacer ya, salvo elogiar y admirar a un conjunto de jugadores que, con Pellegrini a la cabeza han colado al Málaga dentro de la élite europea. Y eso es para estar orgullosos.



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