Hace 3 meses el Madrid conseguía el Mundialito de Clubes ganando 2-0 a San Lorenzo. Existía un debate en aquellas fechas en algunos medios sobre si este Madrid era el mejor equipo de la historia. Ancelotti era el técnico adecuado para el club, fuera de todo "mourinhismo" que se había marchado del conjunto blanco sin la "Décima".
Se había acabado el debate en la portería, la defensa era perfecta y el centro del campo Kroos-Modric se aliaba con Isco y James como interiores para un 4-4-2 que por fin parecía la fórmula perfecta del Madrid. Y no digamos en la delantera con Cristiano batiendo récords y ganando el Balón de Oro, Benzema en estado de gracia y Bale y Jesé recién recuperados de sus respectivas lesiones. Nada podía parar a este equipo en la conquista de la Liga (ya sentenciada) y, por qué no, la "Undécima".
Por esas fechas el Barça de Luis Enrique se tambaleaba. Tras la derrota en Anoeta en la primera jornada de 2015, "Lucho" estaba discutidísimo en Can Barça. Le caían por todos lados tras la suplencia en feudo donostiarra de Messi, Neymar y Alves, después de que estos regresaran más tarde que sus compañeros de las vacaciones navideñas. Zubizarreta dimitía en el marco de la sanción al Barça sin que pudiera fichar durante todo 2015, dejando la defensa sin cubrir (no digamos la ausencia de un lateral derecho de garantías).
Este era uno de los casos del Barcelona en los juzgados: el fichaje de Neymar, el "caso Messi" o incluso la multa de la Guardia Urbana a Piqué salpicaban la imagen de la institución. Luis Suárez no marcaba goles, Rakitic no era el del Sevilla y Leo Messi había completado un 2014 lejos de su mejor nivel. Además, la fiabilidad de la dupla Xavi-Iniesta rozaba posiciones subterráneas, por lo que se respiraba un ambiente de tensión y pesimismo en el Barça que hacía presagiar que la temporada podía acabarse en blanco.
Estamos a 22 de marzo, día de las elecciones andaluzas y primer domingo de la primavera. Llega el Clásico al Camp Nou en una situación totalmente inversa a la que se vivía hace 3 meses. Ancelotti es el que se tambalea ahora, como claro "puching-ball" de un equipo que ya no funciona. El nivel de Cristiano ha decaído a uno de sus peores momentos en el Real Madrid coincidiendo con su ruptura con Irina, Benzema no marca goles y el Madrid sufre en defensa como en la época de la dupla Pavón-Mejía. Casillas ha vuelto a ser "el topo", la ausencia de Ramos y Modric ha roto la columna vertebral del equipo y se ha perdido el liderato. Incluso el Schalke hizo recordar a los fantasmas de las derrotas en octavos de final.
El Barça es ya finalista de Copa y líder en la Liga. En Champions, un Messi en su mejor nivel desde la "era Guardiola" eliminó al Manchester City con una soberbia actuación en el encuentro de vuelta. Luis Suárez ha vuelto a ser ese "9" del Liverpool que se entiende perfectamente en la delantera con Leo y un Neymar al que sus vídeos en Instagram han vuelto a caer simpáticos. La defensa ha ganado enteros, con Bravo consolidado como Zamora y un Mascherano convertido, más que nunca, en el "Jefecito". Luis Enrique sonríe en rueda de prensa, no se puede pedir más.
Y ahora, como para hacer un pronóstico.
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